Hace algunos años, el empresario José Moreno me dijo que si tenía 200 mil dólares compraba Deportivo Municipal. Pensaba el representante de Andrés Mendoza que podía encontrar oro en un equipo de fútbol. Y más si se trataba del cuadro edil que tiene gran cantidad de hinchas.
Supongo que así pensaron los dueños del Bolognesi. Un club ordenado y que en los últimos años sacó jugadores por demás interesantes. Ross, Ramírez, Vásquez, en fin.
Sin embargo, hasta ahora, el cuadro de Tacna no pudo vender a uno al extranjero. Sólo préstamos o venta en Perú. Bolo estuvo la temporada que pasó involucrado en la baja cuando un año antes se clasificó a la Copa Libertadores.
Supongo que habrá algún momento que los directivos se cansen y abandonen el fútbol. Y eso es lo que le pasó al empresario Freddy Nossar.
En estos pocos meses, el empresario se dio cuenta que hoy, uno de los peores negocios en el Perú es el fútbol. Porque Nossar estaba acostumbrado a que si su caballo ganaba, iba a cobrar.
En el fútbol, si gana su equipo, tiene que pagar. Es todo lo contrario. Y la pérdida que hasta el momento tenía ya era para preocuparlo.
Ya hace un mes, un hombre cercano a él, me dijo que ya estaba arrepentido en comprar al club celeste.
Porque se había dado cuenta que para recuperar su inversión se necesitaría años. Ya no quería soltar más dinero y por eso le dijo no al chino Ximénez.
Para comprar un club, hoy uno tiene que invertir muy fuerte. Un claro ejemplo es Abramovich. El dueño del Chelsea. El magnate ruso perdió hasta el momento más de 189 millones de euros.
Un cifra absurda para cualquier empresario. Pero para un hombre que tiene 11 mil millones de euros no es mucho (la mitad se su fortuna se quedó su ex esposa).
Pero en Perú, quién podría sacar de su bolsillo un millón de dólares.
Nossar y sus asociados tenían que pagar por el club 4 millones de dólares. Y hasta el momento, no tenía síntomas de recuperar un solo dólar.
Todo eso motivó que renunciara al club. Lo que le espera a la institución celeste es incierto.
Supongo que así pensaron los dueños del Bolognesi. Un club ordenado y que en los últimos años sacó jugadores por demás interesantes. Ross, Ramírez, Vásquez, en fin.
Sin embargo, hasta ahora, el cuadro de Tacna no pudo vender a uno al extranjero. Sólo préstamos o venta en Perú. Bolo estuvo la temporada que pasó involucrado en la baja cuando un año antes se clasificó a la Copa Libertadores.
Supongo que habrá algún momento que los directivos se cansen y abandonen el fútbol. Y eso es lo que le pasó al empresario Freddy Nossar.
En estos pocos meses, el empresario se dio cuenta que hoy, uno de los peores negocios en el Perú es el fútbol. Porque Nossar estaba acostumbrado a que si su caballo ganaba, iba a cobrar.
En el fútbol, si gana su equipo, tiene que pagar. Es todo lo contrario. Y la pérdida que hasta el momento tenía ya era para preocuparlo.
Ya hace un mes, un hombre cercano a él, me dijo que ya estaba arrepentido en comprar al club celeste.
Porque se había dado cuenta que para recuperar su inversión se necesitaría años. Ya no quería soltar más dinero y por eso le dijo no al chino Ximénez.
Para comprar un club, hoy uno tiene que invertir muy fuerte. Un claro ejemplo es Abramovich. El dueño del Chelsea. El magnate ruso perdió hasta el momento más de 189 millones de euros.
Un cifra absurda para cualquier empresario. Pero para un hombre que tiene 11 mil millones de euros no es mucho (la mitad se su fortuna se quedó su ex esposa).
Pero en Perú, quién podría sacar de su bolsillo un millón de dólares.
Nossar y sus asociados tenían que pagar por el club 4 millones de dólares. Y hasta el momento, no tenía síntomas de recuperar un solo dólar.
Todo eso motivó que renunciara al club. Lo que le espera a la institución celeste es incierto.
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